miércoles, 6 de octubre de 2010

El Cuento del Metro

            Entré el metro a la Puerta del Angel, la estación más cerca de mi casa. Eran las once por la noche y quería hacer algo divertido. He comprado una botella de vino fine (pues, solo cuesta cuatro euros) para botellón, pero no estaba seguro de donde quería ir. La tradición de botellón es un aspecto interesante cultural de las vidas de jóvenes españoles. Es más barato que ir a un bar, y por eso, me gusta muchísimo. Estaba pensando en este a la estación próxima, cuando entró mi amiga, Catalina.
            Tenía muchas bolsas – probablemente porque en Príncipe Pío hay un centro comercial. A ella le pregunté, “¿Qué compraste?” Me dijo, “¡Obviamente, necesito ser arreglada para la discoteca esta noche, Alfonso!” Estaba abriendo mi botella cuando ella estaba diciéndome que tenía planes para bailar en la famosa Joy, y también, que estaba gratis hasta las 2 por la mañana. ¿Gratis? ¡Qué fantástico! De pronto, supe que quería hacer. ¡A Joy!
            Catalina salió a la próxima estación. Arguelles es un lugar muy popular, y por eso, mucha gente vinieron en el metro. Pensaba en las jualas para bailar cuando llegamos. Hay los bailadores en el tablado – es casi un sueño. Me dieron mis cupones de bebidas gratis y fui directamente a un bar. ¡En el asiento más cerca que yo, vi la chica más bonita en todo el mundo, y estaba hablando con Catalina! ¡Qué suerte! Empecé hablar con Catalina, y ella me introdujo a ella. Se llama Cristina y era casi perfecta. Desafortunadamente, se di cuento de estar soñando. Todavía, ahora me sentía muy bien y seguro. Además, me di cuento del hecho que necesité cambiar trenes en la estación anterior. Por suerte, puede encontrar la línea 3 en Moncloa también. Salí del tren, y trato de encontrar el lugar correcto para cambiar.
            Como todos las estaciones tan metro en Madrid, hay una cantidad innumerable de escaleras que necesita subir para navegar. Ya que acabo de terminar mi botella de vino, decidí usar las escaleras mecánicas. ¡Debajo del pie del pasajero delante de mí, vi un anuncio, pero no solo un anuncio – era para Joy! Dijo “¡Gratis! Disfruta la noche con Joy! Es la noche para –” No podía ver el fin del anuncio, pero no me importé. Estas señales eran tan fortuitas para ignorar.
            Me embarqué el metro nuevo que va a Sol. Oí una voz familiar. Volví mi cabeza a la izquierda y vi una belleza; pues, no una belleza, pero ¡mi belleza! “¡Cristina!” Ella miró a su amiga y cuchicheó “¿Piensas que este borracho quiere hablar conmigo? Debemos salir.” “¡Espera! ¡Mi amor!” Sorprendentemente, ella se mudó a otro parte del metro. Estaba confundido, pero no me preocupaba.
Finalmente, estamos en Sol. Caminé por las calles hasta llegue a Joy. Cuando en frente de la línea, traté de entrar, pero la seguridad me paró. “¿Qué haces?” Respondí, “¡Es gratis! Necesito entrar y bailar y encontrar la amor de mi vida.” La seguridad no le gusta esta respuesta. “No eres una chica, señor. No es gratis para ti. Salir por favor.” Eran gritos y luchas; eventualmente necesité salir. Regresé a mi hogar, a mi metro para regresar a la realidad. 




-Nicole Page

1 comentario:

  1. Me encanta su cuento, Nicole. Este es el cuento de mi vida. Es tan injusto que los chicos siempre tienen que pagar para entrar en las discotecas. Si cambia Joy con Kapital, este cuento es el resumen de una de mis noches en Madrid. Jaja ... era una broma. En serio, a mi me gusta muchísimo la manera en que tu cuentas el cuento. Describes el viaje en el metro como una aventura; las paradas del viaje son parte de la aventura también, no solamente cambios de línea. Además, me gusta la narración del protagonista. El protagonista parece "vivir" en sus pensamientos; él describe sus pensamientos, deseos y necesidades con claridad. Admiro especialmente su deseo de encontrar el amor. En general, creo que tu hiciste un buen trabajo de mostrar el papel del metro en la sociedad actual. Creo que el largo viaje del protagonista en el metro es una metáfora para el surgimiento de anticipación para llegar a Joy y para encontrar su amor. Después de leer tu cuento, yo quiero ir a Joy. ¡No te preocupes; voy a traer a mi cartera!

    ~ Eric Singhi

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