jueves, 7 de octubre de 2010

Una perspectiva distinta del metro




 Había un hombre que vivía en un lugar distinto.  No vivía en un piso, ni en una casa.  Vivía en el metro (la estación Banco de España, específicamente).  De verdad, vivía en el metro literalmente.  Su casa era una caja de cartón.  El hombre no tenía nada dinero, y muchas veces, se durmió en la caja de cartón sin la comida en el estómago.  Vivía solo, a pesar de que mucha gente pasaba por el metro cada día.  Cuando hacía calor, el hombre tenía calor, y cuando los inviernos no sabían indulgentes y hacía frío, el hombre pasaba toda la noche con los escalofríos fuertes.  Su vida era insoportable, pero era su vida. 
Una noche, el 12 de octubre, cuando el tiempo fue agradable, el hombre se durmió en un sueño muy fuerte.  Después de poco tiempo, empezó un sueño.  En el sueño, el hombre vivía en el metro, pero no en la estación Banco de España.  Vivía en una estación del metro muy preciosa.  Todo el mundo vivía en el metro.  El hombre no vivía solo, porque el metro se había hecho un mundo con mucha gente, muchos barrios, las tiendas, las escuelas, los hospitales, los estacionamientos (pero no había coches, porque estaba en el metro), y todo lo que era necesario para vivir una vida impresionante y para pasarlo bien siempre.
El mundo que existía en el metro era un mundo perfecto, con bastante comida para todos, un tiempo que siempre estaba agradable, y muchas cosas para hacer y disfrutar.  La parte mejor fue que el rey del mundo en el metro era el hombre que vivía en el metro.  Como el rey, el hombre que vivía en el metro tenía muchos amigos y los ciudadanos del mundo del metro se respetaba mucho.  El hombre que vivía en el metro fijó todas las reglas.  Por el hombre que vivía en el metro, todo era perfecto.
Pasa la noche (el 12 de octubre).  El hombre que vivía en el metro durmió más, y el sueño continuó.  A las seis por la mañana, el metro estuvo abierto.  Pasó mucha gente por la estación Banco de España.  El ruido se despertó el hombre que vivía en el metro.  Cuando se despertó, estaba confundido. ¿Qué pasó?  El hombre no podía acordarse nada de la noche pasada.  Él pensó mucho, pero no recordó nada.  Finalmente, después de mucho tiempo, las partes pequeñas de la noche pasada se había hecho juntarse como los pedazos del rompecabezas.  Anoche, el hombre no vivó solo, yo no vivó una vida insoportable.  Pero cuando se despertó, el hombre que vivía en el metro se dio cuenta que su sueño no era más que un sueño.

La inspiración de esta cuenta: esta foto.  He tomado esta foto en el metro, estación de Banco de España.
-Molly H.

1 comentario:

  1. Hola:)

    Tu cuento me recuerda a la Novela del Tranvía en ciertos aspectos, aunque se diferencia mucho también. Un tema fundamental de la Novela (en mi opinión) es la manera de cual el tranvía, y la transportación pública, reúne a tantas personas en un espacio tan pequeño. Las reúne pero al mismo tiempo cada uno sigue en su mundo. Quizás nos aislamos más en estos momentos de interacción forzada. Por eso en interesante que has escogido un hombre que vive en el metro para tu cuento. El es alguien que casi todos ignoramos. Pasando al lado de el, pasando por entremedio de su 'hogar' incluso, no tenemos idea quien es—ni queremos saber. La novela del tranvía muestra lo fácil que es meterse en la vida de los demás, pero tu historia demuestra lo fácil que es ignorar a los demás, aún cuando lo que ellos más quieren es compañía.

    -Amanda Peralta

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